¿Dónde estás, amor, en este instante frío?

Es urgente verte, oír tu voz cercana,

mientras la vida se torna temprana

y el tiempo escapa en su curso sombrío.

 

Quizás por tu ausencia, mi alma languidece,

o tal vez porque siempre te esperé,

y ahora, en la prisa de mi ser, clamaré:

que el amor que en mí arde no se deshace.

 

Apenas queda un aliento que murmura,

un suspiro que implora por tu abrazo,

antes que la muerte me lleve sin ruta.

 

Ven, besa mis labios y dame el paso

para morir en tu amor con ternura,

pues mi vida se apague en tu regazo.

 

© LAH Corazón Bardo