Densas son tus ansiadas esperanzas,

al vientre sumiso ligado sin abrazo;

en cuevas de cuervos afianzas,

rompes en montes negros el hechizo raso.

 

Sangre de pobre, herida y derramada,

por puñal furtivo en la jornada,

libertad perdida, padre fugitivo,

un hijo sin viejo, destino esquivo.

 

Hay dicha sin dicha, llamas sin fuego;

escritor, forjas en papel tu historia,

tu origen perplejo, pasado ciego,

carencias del cruel ayer en tu memoria.

 

Has brotado de granos relegados,

cosecha del espino en abandono;

fruto sin tierra, nunca sembrado,

creció solitario, perdido y rezagado.

 

Quizás como hierba en suelo árido,

o el limosnero en anhelo sincero,

mendigando amor paterno querido,

oh, corazón bardo, eres forjador sincero.

 

Escritor sin guía en tu canción,

¿por qué buscas sueños en la ilusión?

¿Por qué estás triste en tu ardor ferviente?

Quizás tu padre lleva culpa presente.

 

Sonrisa de payaso que enmascara,

cobijando la pena más amarga;

esperanzas mustias, sombra que enlaza,

lágrimas de rocío, silente descarga.

 

Tus versos como manifiesto afligido,

fango del sufrido padecer,

centellas en tu texto destilado,

recuerdos tristes al oído a desaparecer.

 

Carta guardada en el baúl del pasado,

trovador sin padre en su encierro,

tu pluma es tu espada, tu legado,

oh, corazón bardo, ¡ya no escribas en vano eterno!

 

© LAH Corazón Bardo